Liszt: Francisco de Asís predicando a los pájaros
QUIZÁ UNA GOLONDRINA
un pájaro, quizá una golondrina,
salta esta tarde entre las
bóvedas del claustro
buscando una palabra en que
anidar.
ni estamos a finales del
trecento,
aunque ni el manto del azul más
limpio
podría cancelar todas las deudas
que tengo contraídas con la vida,
aunque, Señor, yo no soy digno
de que entres en mi casa y la
ilumines,
materia de hombre pobre y
desvalido,
quizá porque este cuadro de Fra
Angélico
me invita a adivinar que tú sí
puedes,
quizá por esta humilde golondrina
que salta, como aquella del
trecento,
entre las bóvedas cuajadas
de estrellas rutilantes de este
claustro