Brahms: Canción de cuna
Haikusín del prisionero
Dicen que tú eres el niño
que será mañana un dios
para que todos los hombres
alegren su corazón.
¡Quédate conmigo, niño,
que también soy niño yo
y a todos los hombres quiero
darles amor!
Aunque si eres dios paké,
paké te lo digo yo,
pues tú ya lo sabes tó!
Pero da igual; te lo digo
de corazón!
que será mañana un dios
para que todos los hombres
alegren su corazón.
¡Quédate conmigo, niño,
que también soy niño yo
y a todos los hombres quiero
darles amor!
Aunque si eres dios paké,
paké te lo digo yo,
pues tú ya lo sabes tó!
Pero da igual; te lo digo
de corazón!
Te pido amistad y paz,
niño, angelote, razón
de existir para los hombres,
para todos sino yo
que vivo en esta prisión
de creer tan solamente
lo que está puesto en razón,
como si el hombre no fuese
su sueño de ser mejor
y un niño no fuera el sueño
del corazón.
¡Anda, angelote, niñato,
sueña con todos los hombres,
dales miel de tu canción,
y dame un poquito a mí:
que alivie mi sinrazón!
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