Concienciación
Escucho los colores, oigo el ritmo
de la línea: es el cuadro un pentagrama
donde cuelgo paisajes, calles, casas
metamorfoseadas por mi mente,
la única palabra que me une
al mundo; sin embargo ya muy pronto,
ha de invadirme el síndrome de Smètana,
de Beethoven y Goya:
la sordera será mi compañía
y el soliloquio me enloquecerá.
Seré tan solo un hombre desterrado
preso de sus deseos de morir.
Quedará en la memoria solamente
mi soledad: mi solitariedad.
Moriré cualquier día de estos días.
Quiero enterrar mi cuerpo en mi paleta
y vivir en un cuadro inmortalmente.
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