Brahms: Inicio Primera Sinfonía
Tratado Primero .- Para Ángel Luis y Luis T.
Cuántas obras forjadas para explicar el mundo.
Lovecraft escribió más de cien mil
cartas;
necesitó el de Aquino dos millones
de palabras para sus teologías;
y Telemann compuso dos mil horas
de música.
Doscientos mil versos suma el Majabarata.
La Biblia es el Quijote más leído.
Escribió Valèry 30.000 páginas...
Ello a pesar de que la inefabilidad
advierte que es inútil todo intento
dictivo y expresivo.
Por eso otros autores
legan tan solo un mínimo catálogo;
muy por ejemplo: Webern creó apenas
200 minutejos musicálidos,
Rimbaud tan solo un centenar de escritos... (*)
Y es que, en verdad, Oh Artífice Supremo,
¡Para qué empecinarse en descifrar
la vida, el universo,
si cualquier silogismo en apariencia
irrefutable será pronto
refutado por otro superior
y nos engañará nuestro afán de verdades!
¿No es toda certeza un espejismo
con el que reavivamos la esperanza?
¿Y no es toda verdad una mentira
indesenmascarada todavía?
¿Tiene entonces sentido
buscarle algún sentido al sinsentido
de nacer con instintos inmortales
y conciencia de que hemos de morir?
¡Víveme, Lesbia mía,
que yo te viviré!
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