Strawinski: El pájaro de fuego (Final)
Hay personas que se merecen todo cuanto de mágico existe, y las hay que no merecen sino desaparecer por arte de magia porque no hacen más que incordiar a las demás personas.
Hay personas que alegran la existencia de otras con su nobleza y alegría serena, y las hay que nublan el vivir de los demás con su euforia irresponsable o su contumaz negativismo.
Conozco a unas pocas personan que dignifican y ennoblecen el mundo, y a otras muchas que son indignas de cualquier mundo, dentro y fuera de este mundo.
Hay hombres y mujeres que tienden la mano, y otras y otros que la convierten en un puñetazo.
Hay hombres y mujeres que, con tal de salvarse, matan a los demás, y hay quienes dan la vida para que los demás no mueran.
Hay quienes se rigen por certezas y llevan la certeza en el rostro, y los hay que con sus indecisiones y mentiras llevan el malestar y el laberinto a cuantos les rodean.
Hay hombres y mujeres que, con tal de salvarse, matan a los demás, y hay quienes dan la vida para que los demás no mueran.
Hay quienes se rigen por certezas y llevan la certeza en el rostro, y los hay que con sus indecisiones y mentiras llevan el malestar y el laberinto a cuantos les rodean.
Hay voces que susurran sus amables palabras y otras que se desgañitan creyendo que su voz es la única que dicta la verdad.
Hay personas que hacen, y otras que prometen lo que no van a hacer porque saben que el que promete somete.
Hay personas que se creen el centro de todas las personas y solo miran por sí mismas, y hay quienes saben que luchar por los otros es la mejor manera de luchar por sí mismos.
Hay quienes te llevan a un tabor encendido y con su compañía transfiguran tu vida, y los hay que te arrastran a un gólgota y allí te crucifican.
Hay personas que necesitan verdaderamente el erróneo y redundante calificativo de "personas humanas" para distinguirse de la tribu de los animales, aunque eso no las descarta del calificativo de "animales".
Hay personas que necesitan verdaderamente el erróneo y redundante calificativo de "personas humanas" para distinguirse de la tribu de los animales, aunque eso no las descarta del calificativo de "animales".
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Que los dioses los alcen a los cielos o los hundan en todos los infiernos.