Schumann / Fournier / Martinon: Concierto para violoncelo.
Aquejado de melancolía, y perseguido por visiones violinísticas inspiradoras de su último concierto -para violín-, Schumann no vio más salida que la de la muerte: y se arrojó al Rhin. Unos barqueros impidieron el suicidio y pasó los dos últimos años en un hospital siquiátrico. Sus obsesiones no están lejos de la raíz cíclica de sus pentagramas.
Kloechner
Volvamos a escuchar el principio del concierto para violoncelo: el yo introspectivo se convierte en protagonista y le dice a la orquesta -a la muchedumbre-: seguidme si queréis, pero no me detendréis. Y avanza con su lastimera y obsesiva meditación:
Jankovic
Meditación hiperestésica de quien se deja invadir por el misticismo y la lírica del sufrimiento, aquí manifiestos por la sensibilidad de Jacqueline du Pre:
Jacqueline du Pre / Berstein
El concierto avanza hasta retomar finalmente el tema principal: el yo, fuente de todo cuanto significa búsqueda y hallazgo perdurables:
Schumann / Rostropovich / Berstein