Marilyn era joven, bella y frágil, cualidades que despiertan la ternura, el amor, el erotismo: la indefensión, la protección y el dolor por la pérdida.
Esos atributos la convirtieron en una estrella, y su muerte, misteriosa además, en un mito. Si Greta Garbo se retiró para que quedase su esplendor y no su decadencia, a Marilyn la retiraron del vivir, pero no de la nostalgia del cierto paraíso que supone todo sueño.
Inolvidable su aparición en Niágara, subrayada por una leve canción más susurrante que ostentosa, como debe ser cuanto aspira a no perderse entre los ruidos de la furia:
He aquí una Una versión para Jazz:
Cantada por Bobby Solo:
Marilyn:
Con faldas y a lo loco:
La tentación vive arriba:
Sus últimas escenas:
Reiteración:
Niágara:
Barber: Adagio
Otras
Serenata
Ella ya me olvidó
Desafinado
Llorando en la capilla
Gainsbourg - Birkin: J`e t`aime...
Desfazer entuertos
Alcánzame la luna
Con su blanca palidez
Melodía desencadenada.
El tren de las 3:10
Estrella errante
Bobby Darin: Ven a cantar para la libertad
My Way
Las hojas muertasSerenata
Ella ya me olvidó
Desafinado
Llorando en la capilla
Gainsbourg - Birkin: J`e t`aime...
Desfazer entuertos
Alcánzame la luna
Con su blanca palidez
Roy Orbison: En mis sueños
Extraño en el paraísoMelodía desencadenada.
El tren de las 3:10
Estrella errante
Entre el preservativo y el bayón
Brel: Ne me quitte pasBobby Darin: Ven a cantar para la libertad