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martes, 4 de septiembre de 2012

Una enseñanza sin educación

Chopin / Richter: Estudio "Revolucionario"

Parecerá una hipérbole; pero la enseñanza ha perdido su capacidad educativa. 
Con excepciones, los actuales licenciados abandonan la facultad con unos conocimientos solo escasamente por encima de los que poseían hace un par de décadas quienes acababan la selectividad. 
Significa que se han ido rebajando demasiado los conocimientos mínimos durante las etapas del cole, instituto y universidad. Nada de humanidades para entender el universo humano, y mucho de tecnicidades para frivolizarse en un espurio estado de bienestar. 
Y de nada sirven las metodologías si no se desarrolla el músculo de la sensibilidad y la inteligencia con la conveniente gimnasia síquica.
Además: nada tiene que ver el mundo de la calle con el de la enseñanza, y este aparece ante el alumno como un lugar alienígena muy alejado del que ve en la tele, único mundo real que conoce. 
Por otra parte, el profesorado tiene ahora unas funciones que pertenecen más a la burocracia y la policía que a la educación.
De modo que al niño no se le educa para ser un joven amante del saber, sino del bienvivir material; con lo cual este, cuando se convierte en profesor, enseña lo que aprendió: nada. 
He aquí un círculo viciado y vicioso.
(Con las excepciones -digo- de quienes descubren  que la única metodología válida es la de amar el conocimiento).