Clara Wieck: Mazurka
Diapasón
Uno
No hay más hermoso adiós que aquel que deja
un cuerpo en otro cuerpo.
El alma siente el resplandor desnudo
de la carne tremante.
Brilla la oscuridad y transparentan
sus enigmas las sombras.
El fragor de los sexos ilumina
con diamantes y estrellas
el laberinto de la plenitud.
Y todo es melodioso.
Dos
Asomada a tus ojos miro el
cielo
oscuro y transparente, donde
yacen
terciopelos, diamantes,
armonías.
Abrazo tu cintura y los
jazmines
perfuman mi dolor y lo
transforman
en suavidad y lasitud: en
júbilo.
Si me acerco a tu cuerpo toco
a Dios
y a través de la carne llego
al alma.