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domingo, 7 de mayo de 2023

La poesía en Alicante - LA DÉCADA CUARENTA - UNO


UNO


BREVE ENSAYO DE INTERPRETACIÓN. LA DÉCADA CUARENTA.

(UNA MIRADA A ALICANTE)

"La libertad, Sancho, es uno de los más preciados dones... y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede

venir a los hombres ” (El Quijote)

"Yo sueño que estoy aquí destas prisiones cargado y soñé que en otro estado más lisonjero me vi ” (La vida es sueño)

¡Ah las cuatro paredes albicantes que sin remedio dan al mismo número! ” (Trilce)


Los nuestros: el Chovinismo como fanatismo

La Historia —la Memoria— es un proceso de selección que significa elección de los recuerdos fundamentales e implica el olvido de lo efímero o intrascendente. Otra cosa es reconocer el mérito del esfuerzo, certero o erróneo. Pero el empecinamiento en defender lo propio frente a lo ajeno, aunque esto sea mejor, es una contumacia que conlleva la aceptación de que el saber no ocupa lugar; y sí lo ocupa: el de los otros saberes que desplaza: por eso la “propiedad” como exclusiva garantía de calidad no crea más que rémoras.

        Los nuestros no son los que la geografía chovinista, espacial o temporal, mojona como tales: sino aquellos que se han esforzado por serlo dejando un legado a la huma­nidad, no solo a la coetaneidad, pensando en sí mismos como individuos y en los demás como compañeros de viaje, aprendiendo de todos y de todo para resolver sus vidas: tratando de identificar la existencia. Los nuestros son los que nos enseñan a mirar el mundo, blandiendo de sus individualidades solo aquello que puede individua­lizar a todos los hombres, sin terruñismos ni fronteras mentales: no expresan lo cir­cunstancial, sino lo esencial: lo que conecta con la raíz de la personalidad: mal favor se le hace a un país poniéndole como ejemplo lo autóctono si hay otros ejemplos foráneos mejores: se imitará “lo propio” y siempre se estará en una mediocridad nacida de la imitación y el culto de un ejemplo que nunca debiera haberlo sido. El chovinismo destruye al chovinista porque todo fanatismo es una fe autista y autodestructiva. Mirar excesivamente lo que consideramos “propio” nos ciega para ver que “lo extraño” es, con frecuencia, más nuestro porque ha profundizado en el hombre y no solo en las vidas de unos hombres. Y no nos engañemos: únicamente hay una docena de maestros en cada país y un centenar en la historia: los demás son vecinos de la inteligencia y amigos de la sabiduría que nos ayudan a acercanos a ellas: y como tales hay que respe­tarlos, pero sin que la fácil tendencia a la admiración suplante la contemplación del universo que solamente unos pocos han creado.

        Si hoy hay tantas “tesis doctorales” sobre autores que no supieron escribir es porque los doctorados no saben leer. Y la miopía induce a creer que lo lejano no existe y que el mundo se reduce a la próximo. Lo más difícil de aprender en la vida es que lo que nos han enseñado puede ser un error: creamos el mundo a partir de la información que recibimos. Nuestro mundo sería otro si otra fuese nuestra información. De modo que admitir un error no es aceptar una derrota o un atentado contra nuestro yo, sino orientarlo hacia la verdad: una victoria. Los fanatismos (chovinismos, religiosismos, racismos, xenofobias, intolerancias...) proceden de este aprendizaje que no deseamos cuestionar porque tememos que al abrir los ojos entre la luz y nos muestre la tiniebla en la que vivimos, descomponiendo la comodidad de biempensantes que nos hemos fabricado: solo cuando dejamos de creer que estamos en posesión de la verdad somos capaces de discernir y desenmascarar las mentiras en las que creemos no creer.

        ¿Qué hacer? ¿Condenar, ensalzar, mostrar lo que había con sus miserias y grande­zas, radiografiar unos años, historiarlos con prolijidad y exhaustivismo? ¿Hilvanar una enumeración caótica de nombres, títulos y fechas solo porque “nos pertenecenrescatar los datos necesarios para bocetar y entender un trozo de la historia?

        Yo, cuando estuve exiliado en “la mili”quedé perplejo al oír al capitán de la compañía nombrarme, en secreto, “confidente” —sin eufemismos: espía y delatorMe negué y a continuación dije que debía pensarlo. Por la tarde acepté considerando que yo sabría callar lo que oyese y tal vez otro diría incluso lo que hubiera creído —querido o temido— oír. La razón por la que escribo estas páginas es la misma que se desprende de esa estúpida anécdota: pero al revés del envés.

-II. Noche oscura y sin alma

-2. Mirar es comprender lo que miramos: que los ojos no cieguen nuestra men­te” (Milton)

Miguel Hernández muere en la cárcel en 1942 —el mismo día en que, tres años antes, se produjera la liberación de Orihuela— dejando inéditos sus últimos y mejores poemas. Juan Gil-Albert regresa del exilio en 1947 y vive como un recluso y ensimis­mado roedor en Valencia, sin que su obra se difunda hasta la década Setenta. Pía y Beltrán, clandestino también en Valencia, publica allí su mejor libro. Carlos Fenol intenta olvidar todo cuanto se relacione con la escritura... El renacer cultural y poético en Alicante es, así, un parto sin padres en el que algunos prehemandianos rumian el recuerdo de un fantasma sesgado mientras el oleaje del resto de España llega tan solo como un eco.

        La atmósfera sociocultural se observa inmediatamente enrarecida cuando se ojea el periódico INFORMACIÓN de la época. He aquí algunas perlas de aquel verbo: “El director del Instituto convoca a todos los alumnos hoy con el fin de recibir órdenes respecto al de abril, significando que aquel que no se presente será debidamente sancionado” (31-III-1942); Azorín: “El estilo literario en José Antonio” (29-X-1942); Eduardo Conde: “El Campeador y el Caudillo” (12-XI-42); “El pueblo alicantino vio con horror cómo el 20 de noviembre de 1936 se consumaba el martirio de José Anto­nio” (18-XI-42); “Poemas en honor de José Antoniode Ridruejo, Gerardo Diego, Marquina (20-XI-43); “Se recuerda la prohibición de montar obras de teatro o publicar sin autorización” (15-UI-43); “Representación en el Principal de “El alcalde de Zalamea” (8-III-44)1 V. Ramos: “La batalla de Clavijo y el levantamiento de 1936” (24-V-44); V. Ramos: “Historia y herencia de Santiago el Mayor” (25-VII-44); V. Ramos: “... He aquí, pues, a nuestra patria mostrando al mundo ensangrentado la valiosísima reserva espiritual de la hispanidad” (3-VIII-44); “Pemán, mantenedor de los juegos florales en Elche” (18-VIII-44); Azorín: “José Antonio y los venideros” (19-XI-44); “V. Ramos dirigirá una emisión literaria en Radio Falange” (4-II-45)V. Ramos: “Lección política de Santo Tomás de Aquino” (7 411-45); “Magistral actuación de Sarita Montiel en el Teatro Circo de Orihuela” (26-VI-46); “Radio Moscú dice que Manolete fue fusilado” (9-XII-48); “Sansano premiado en Alcoy con un poema sobre Franco” (24-IV-48); “Juventud Mariana”revista de Orihuela (2-V-49)... En este clima, ¿qué flores o hier­bas poéticas podían florecer? 

1 Destaco la representación de esta obra porque me parece emblemática del Autoritarismo disfrazado de Tolerancia: Pedro Crespo no deja de ser un dictador que cree que no lo es y cuya contumacia (que el fin justifica los medios) queda exonerada por el Rey (otro Caudillo). ¿Por qué admite Pedro Crespo que su hijo sea juzgado por la jurisdicción militar y no el capitán? En ambos casos le convenía (sobre todo al poder de la época): en el primero se muestra que la espada también siente con el corazón: el indulto como justicia comprensiva; y en el segundo se manifiesta la férrea mano del ejército —aunque sea sancionando como justicia una venganza—Zalamea es, así, un trasunto de la —vieja y— nueva España. (No deja de llamar la atención, aunque peregrinamente, el paralelismo trinitario entre los hijos de Pedro Crespo, Guzmán el Bueno y Moscardó). La inevitabilidad como sacrificio; el sacrificio como heroicidad: “el alma sólo es de Dios” así como lo propio solo es del Jefe.

        Ninguna ambigüedad hay en esta declaración de principios: “Para la gran obra de redención de un pueblo, el fanatismo y la intransigencia son indispensables cuando se encuentra en posesión de la verdad” (Información, 5-XI-42): si tenemos en cuenta la absolutidad de las palabras del General ¡y cómo no tenerla!el silencio, el confor­ mismo o la alienación son los únicos pulmones con los que sobrevivir. Algunos de los que pudieran hablar yacían en las cárceles (unos 257.000 presos políticos en “aquella” España) o eran capitalmente sentenciados (500 ejecuciones diarias en aquella “nues­tra” España). Que tal hacinamiento era conocido lo declara una copla del momento:

                Dime dónde vas, morena, 

                a las tres de la mañana. 

                Voy a la “Cárcel Modelo” 

                a ver a los comunistas, 

                que los ha metido presos 

                este gobierno fascista.

        Para quienes querían hablar solo quedaban el amordazamiento, la autocensura y la clandestinidad; o bien, el triunfalismo. “Renacer del silencio” fue un título que qui­so ser un libro de Vicente Ramos, Rafael Azuar, Manuel Molina y Francisco García Sempere, según cuenta el primero en su “Literatura alicantina de la posguerra”Y “Perlas del silencio”de Azuar, es un título que emblematiza la década Cuarenta: la palabra silencio semantiza elocuentemente muchos títulos inmediatos, que culminarán en la novela de Martín Santos “Tiempo de silencioPobreza de información, podre­dumbre ideológica son sus consecuencias. Que el silencio produjese perlas poéticas o no es otro asunto.

        El propio Ortega y Gasset regresa en 1945 y practica el lema que años antes había defendido: “El silencio, gran brahmán”“Pueblo cautivo” es un título “anónimo” de 1946. De “soledad cautiva” habla Pía y Beltrán en el poema “Cárcel del hombre” de Poesía 1947“País bombardeado” y “Ciudad sin nadie” son títulos de otros poe­mas. Eugenio de Nora, en “Patria”de 1946, escribe: Fui despertado a tiros de la infancia más pura por hombres que en España se daban a la muertemientras recuerda que continúan el silencio y el ruido de las armasJacinto López Gorgé empieza a escribir sintiendo que El mundo es un silencio que amenaza /... Llegan a mí las cosas esenciales. /Aquellas que perdí y estas del frío /mundial silencioso que recorre /mis desnudas espaldas” (“Razón”). Incluso Rafael Azuar, tan poco dado a cariacontecer cotidianidades sociopolíticas, anota en el poema “A Colettete espe­ramos en la sombra primera donde ayer aprendimos /a no pensar siquiera. Se trataba de trepanar la facultad razonadora, esencialmente crítica. Por eso Blas de Otero sentenciará no dejan ver lo que escribo / porque escribo lo que veo. Ya Larra había acabado un artículo acremente, después de una labor sarcástica de escritura y tachadu­ra autocensora: no he escrito nada... pero he cumplido con la ley... lo que no se puede decir, no se debe decir". (¿Conocería Wittgenstein este artículo?).

        Esa pérdida de la identidad verbal (“por sus palabras los conoceréispodría decir Roxana a Cyrano), de la autenticidad, es lo que quieren reparar algunos: el abandono de la apocrifidad y la defensa de la dignidad es lo que parece pretender Molina en “Mensaje al ciudadano” (1949):

¡Hay que saltar las nubes
poblar las estrellas,
cubrir el sol con nuestros ojos y levantar la tierra

hasta la cumbre del origen mismo, más arriba del ansia!
Hay que saltar, subir, llegar muy lejos, 
poner el corazón en lo más alto

y la cima besar de lo imposible (...)
ser hasta el colmo de nosotros mismos.
..

“Ser hasta el colmo de nosotros mismos”tan paralelo o complementario de por­que apenas si nos dejan decir que somos quien somos de Celaya. No es extraño que, ante tanta mordaza, Blas de Otero tuviera que pedir “la paz y la palabra”.

        ¿Y los modelos literarios, los autores forjadores de lectores? “Como dato signifi­cativo mencionaré la edición popular de Gabriel y Galán, que en tres años consiguió la cifra de 20.000 ejemplares, sin contar las ediciones piratas” (Fanny Rubio: “Las revis­tas poéticas españolas”). En cuanto a la clarividencia de los orientadores de los públi­cos “señalaré el increíble estudio de los vanguardistas literarios del siglo XX, firmado por Juan Antonio Cabezas, en el que se nos dice: “Ya tiene dos polos el movimiento poético de vanguardia: uno es José Antonio. Otro es Rusia” (F. Rubio, 51). Antonio Giménez Puerto —que luego sería magistrado en Alicante—como buen vástago de Pemán, publica en Orihuela, en “Julio de 1939, Año de la victoriaun libro que titula La Nueva Reconquista de España (Poema patriótico en ocho cantos)” y que dedica “Al Generalísimo Franco, Caudillo de las Españascon estas malcervantinas pala­bras:

Este humilde trabajo que escribí en forzado destierro durante la Santa Cru­zada de la liberación de la Patria del yugo de Moscú, me permito dedicarlo a S. E., alma brazo de la gesta más gloriosa que vieron los siglos (...) bajo la égida del Caudillo elegido por Dios para perpetuar la grandeza milenaria de España .

Imagen de “cruzada” y “reconquista” (aunque ahora los moros militaban con los reconquistadores) potenciada, por ejemplo, en esta nota adjunta a un poema destinado a Calvo Sotelo “Protomártir de España”empieza la elegiaca oda— publicado en la Gaceta de Alicante (13-VI-1940):

Estos versos figuran en el artístico pergamino ofrendado por el Cuerpo de Abogados del Estado a la señora viuda e hijos del protomártir Calvo Sotelo en el IV aniversario de su inmolación por Dios y por la patria".

    ¿Qué podían aprender muchos discípulos del verso si algunos aprendices y/o maestros del poema escribían, como Manuel Machado, semejantes clarividencias.9.• Caudillo de la Nueva Reconquista, Señor de España, que en su fe renace, sabe vencer sonreír y hace /campo de pan la tierra que conquista... ” (1942). Y el mismo coplero, en la dedicatoria a Franco, finiquita: Pocos son los hombres a quienes la Providencia ha concedido el privilegio de realizar la poesía de la Historia. Hacer Historia, hacerla bellamente, son tan grandes hazañas la una como la otra... Aun­ que muchos años antes había escrito que No se ganan, se heredan, elegancia bla­són (Claro que si es cierto que de sabios es rectificar, también debe de serlo que de necios es cometer muchos errores pudiendo no tener que enmendados). Al fin y al cabo es el eco milenario del patrioterismo fanatista, su exaltación y fomento, recogi­dos en la composición ¡Dos de Mayo!de Bernardo López García, de cuya popula­ridad y recitado, incluso entre los iletrados, yo mismo soy testigo, en mi edad pubes­cente: Oigo, patria, tu aflicción/y escucho el triste concierto que forman, tocando a muerto, la campana el cañón (...) ¡no hay un puñado de tierra sin una tumba española! (...) ¡Guerra!, clamó ante el altar /el sacerdote con ira (...) La Virgen, con patrio ardor, ansiosa salta del lecho y el niño bebe en el pecho /odio a muerte al invasor (...)Blasfemias bendecidas y exaltación bélica entendida como virilidad cojoncil que rechina en lo que los propios “nacionales” cantan al paso de la división Littorio:

Bergonzoli, sinverguenzi / general de las derrotas: / para tomar a Trijueque, / con los bambinis qui portas / no basta con pelotones: / hay que venir con pelotas.

        Que estos arbotantes se imprimen en la conciencia literaria y determinan su orien­tación, se observa ante “Reflexiones sobre el futurode Vicente Ramos (INFORMA­CIÓN, 26-III-1944), quien liderazgueará —por no tener “antecedentes” penados o por la pena de carecer de ellos— diversos aspavientos culturales:

Opino que es una grave falta de visión histérico-política la cometida por aquellos que creen y esperan aún en los carcomidos postulados del liberalismo, el cual, por su carácter relativista escéptico, ha dado pábulo esta hecatombe mun­dial(Véase Documentos, 2).

Y el eco de ese “dos de mayo” retruena fatalmente en esta “Oración del excombatiente” firmada por Federico Capdepón y dirigida a la “Patrona” (INFORMA­CIÓN, 8-XII-1946):

Bendita sea la hora,
para siempre bendita,
en que marché a servirte, ¡Patria mía!
en la gloriosa 
y fiel Infantería! (...) ¡Canción que brota de almas que son tuyas! ¡De labios que han besado tu bandera!

        He aquí algunos piropos de los coqueteadores del Régimen: Azorín (¿azor pequeñín?): En España se trabaja gracias a la paz que debemos al Caudillo” (IN­FORMACIÓN, l-IV-44); V. Ramos: Franco, único piloto de esta nave augusta: so­bre tu alma descenderá hoy la ínclita unción de los siglos hispánicos iluminados por la cruz” (l-X-46). Fue otro de los tenidos por “maestrosSansano, premiado en Alcoy con un poema sobre Franco ” (24-IV-48). (A saber qué tendría que ver El Gene­ral con el —día del— libro, él que había defendido el “Muera la inteligencia” de Millán Astray y echado a todos los de mente libresca). Fueron más de 600.000 los exiliados, entre los que figuraban 120 profesores de Universidad, 200 profesores de Enseñanzas Medias, 2.000 maestros. Un 90 por ciento de la “Inteligentzia” formaba el éxodo. Prácticamente, solo Pemán figuraba como “intelectual” entre los “nacionalesEspaña era un desierto con oasis coprófilos.

Continuará...


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