IERNES, 29 DE ABRIL DE 2016
De poco ha de servirte llenar hermosamente tu vida con palabras, músicas o pinturas, si no transmiten estas la vida que has vivido o debiste vivir.
Estarás rodeado de terciopelos y artes, pero lejos de aquellos que padecen y gozan la existencia.
Tus poemas y cuadros y músicas jamás serán tu yo, ni siquiera han de ser tus amigos, sino los intrusos que te impidieron la verdadera vida, los terribles testigos de tu vital fracaso.
Y serás como un rey de un brillante desierto habitado tan solo por fantasmas y huesos, pero no por la carne, las risas y las lágrimas de aquellos que vivieron y murieron habiendo cultivado el arte de vivir.
Sentirás el aplauso de las manos vacías y el pálpito estruendoso del corazón sin nombre.
Y tu castillo de belleza inhóspita caerá sobre tu frente: será tu propia tumba.
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