El tiempo en la pared
Ángel González Sánchez
Aguaclara
No es usual que el primer libro de un autor se edite cuando este cuenta con siete décadas de vida. Y menos ahora que se publican libros de autores a los que, a fuerza de no leer y comer mucha telebasura, les salen antes los versos que los dientes.
La editorial Aguaclara publica El tiempo en la pared, de Ángel González Sánchez. Y el autor, con la retrospección de la mirada otoñal, expone un presente en el que el pasado, acumulativo de remémoras, se ve y se disecciona entre nostalgias ausentes de euforia y cloroformadas con melancolía. Si bien, ya se advierte a sí mismo que
¿Será cierto el pasado
o será solamente un sueño hueco?
(p. 27)
Así, este poemario es, en buena medida, una búsqueda de un amor y un tiempo perdidos, regidos por la conciencia de la irrecuperabilidad. Por lo tanto, meditativamente triste:
Han pasado los dioses sobre el mundo
sembrando sal y tedio entre los árboles
de los sueños dorados.
(p.37)
Un libro de amor: a la vida, al pasado y a la amada. Un libro en el que se contempla la existencia como si fuera una sucesión de estampas, fotos o mariposas claveteadas en la pared. De ahí, tal vez, su título.
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