Gliere: Intermezzo
Un poema -un cuadro, una música- precisa unos límites que pocos saben ponerle. Es fácil desatar la pluma y dejar que diga lo que quiera. Lo difícil es contenerla y que en lo contenido -en sus limitaciones- haya un mundo propio, emocional e intelectual, que sea autónomo y renazca en el lector aunque no haya nacido para él.
Creo que el error surge cuando quien escribe pretende literaturizar su escritura: porque la naturaleza del acto creador no se aviene con el artificio literario. La poesía no debe nacer del poeta ni para el poeta, sino de un ser humano ansioso por explicarse a sí mismo y descubrir su propio nombre íntimo y válido para otro ser humano; aunque luego debe venir el hombre sentidor y reflexivo a pulimentarlo y convertirlo en arte.