Vivaldi: C. para dos mandolinas.
Una mujer y un hombre se encuentran en mitad de la vida. Inician una relación sentimental. Procuran evitar los errores que cometieron en sus respectivas relaciones anteriores. Se aman sinceramente y conviven dichosos y serenos.
El argumento:
Siempre hay murmuradores irresponsables que cuentan el sencillo tema anterior añadiéndole circunstancias escabrosas, centrándose maledicentemente en el pasado de los protagonistas, su improbable futuro, sus etcéteras... de tal modo que el por fin hallado amor pasa a ser para el oyente una colección de falsedades sobre los amantes.
El desenlace:
Uno de los protagonistas -o los dos-, que apenas prestaba atención a tales historietas, ante la insistencia de las mismas, acaba por dar crédito a una, luego a otra... hasta que se convierte en un personaje oteliano que cree que la historia que vive es la sucesión de las circunstancias inventadas y no un amor natural y espontáneo. Claro está: el tema -el auténtico amor- acaba siendo suplantado por el argumento inventado por los vocingleros, bastardos y malditos hijos de sus padres.
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