Holts: Marte
Somos un aerolito rodando en el espacio, sin saber de dónde venimos ni adónde vamos, y con la terrible conciencia de que nuestra identidad nos es desconocida.
Viajeros de este viaje en el que todos mueren, solo alcanzamos a saber que nuestro propio rumbo y destino es, irremisiblemente, la muerte.
Ahora bien: ¿Por qué dedicarnos a llorar la vida en lugar de dignificarla y alegrarla con nuestros esfuerzos?