Vivimos arrastrando el pasado o motivados por él. Somos lo que hemos hecho de nosotros, con ayuda de los demás o a pesar de sus influencias.
Y por la misma razón podemos moldearnos -mejorarnos- para apreciar cabalmente la vida y disfrutarla en vez de sufrirla.
Y por la misma razón podemos moldearnos -mejorarnos- para apreciar cabalmente la vida y disfrutarla en vez de sufrirla.
Si somos hijos del pasado, también somos padres del futuro. Porque el futuro empieza en el pasado, y será según lo fecundásemos ayer y según lo cultivemos hoy.
La Naturaleza no es democrática, sino expansiva. Los árboles no eligen; ni la lluvia, ni el pájaro; para ellos todo es consecuencia de una genética cósmica, inexorable y determinante. Pero el hombre puede ordenar sus impulsos, razonar su evolución, prevenir el mañana con su conocimiento del ayer.
¿Qué hacer para que el tiempo sea nuestro aliado y no nuestro enemigo?