Al mismo tiempo y por las mismas fechas, con seis ex-matrimonios a sus espaldas, Cintio decidió dedicarse a su verdadera y oculta vocación, que era hacer oposiciones para arzobispo de Constantinopla; y se puso a constantinopolitanizar por doquiera, enormemente y fecundo. Solía decir: Zeñora, ez uzté el mejor afrodisíaco.
Como la realidad es más inimaginable que la fantasía, ambos consiguieron sus propósitos, además de encontrarse y vararse el uno frente al otro en un místico coito imperturbable.
El mundo todo es máscaras -decían las dioptrías-.
Pero todavía resulta más increíble que haya personas e instituciones castradoras de la sexualidad, pues es tanto como abolir el primer principio de la Naturaleza, que es el instinto de supervivencia y el equilibrio emocional.
Pero todavía resulta más increíble que haya personas e instituciones castradoras de la sexualidad, pues es tanto como abolir el primer principio de la Naturaleza, que es el instinto de supervivencia y el equilibrio emocional.