Paganini: Sobre un tema de Rossini
ATARDECER EN DUNBAR
Toda mirada hacia atrás es un error de coordenadas.
Toda mirada hacia atrás es un error de coordenadas.
Donde estuvimos no
estamos. Acaso, quizá,
ya no exista nada de lo
que fue camino.
Más allá de la memoria
se alzan
los rasguños del óxido y
el daño de la herrumbre.
Más allá no queda nada
de nosotros. Sopesamos
el valor de las palabras
escritas, la quintaesencia
que ilumina el rostro
anclado en las fotografías,
la sombra que teje
alaridos de nieve en nuestra boca.
En todos los espejos
alguien nos recuerda
que somos parte de un
pasado, de una crónica
a la que pertenecemos
como héroes
de un tiempo que
continúa la rueda, la inercia
de ir sumando días en
los muros de la nada.
Porque nada somos más
allá del camino,
de unas cifras que
cierran un círculo y un nombre
que se pierde en la
orilla de un océano gélido
como un estallido de luz
que cruza dos vacíos.
Hoy, atravesando el
fuego lento
del atardecer sobre las
calles de Dunbar,
soy un fantasma que
avanza hacia la noche
hasta retroceder al
silencio del día que agoniza
sabiendo que es un error
mirar hacia atrás
para hallarnos perdidos
en tierras lejanas.