XXXV.- El beso
Me has besado, amor mío, frente al mar.
Yo miraba el azul del horizonte,
donde el cielo se adentra en el océano,
y la fascinación me distraía
de ti. Ha sido entonces
cuando tu boca me ha sorbido como
el mar absorbe el cielo.
Y he pasado de un paraíso a otro.
"Que este beso perdure", dices. Pero
un beso solamente dura
el instante en que dos bocas se unen,
y la nostalgia solo
demuestra que no hay vida en el presente.
La levedad del viento de la tarde
expande su fugaz melancolía,
y las olas reclinan su tristeza
tendidas a tus pies.
"No dejes de besarme nunca", he dicho;
pues la nostalgia mata lentamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario