Midons
En esta hora temprana permanecen los astros
colgados como tenues recuerdos de la luz
de otras vidas que esperan reencarnarnos.
También mi dulce amada abre entonces sus ojos,
tan ciegos para mí durante mucho tiempo;
pues no sabe que adoro su efigie estremecida,
su faz renacentista pergeñada en la noche
y pintada en la aurora cuando estalla la luz
y se embriaga mi alma resurrecta
con las delicuescencias de la suya.
Nunca le dije "te amo"; y ella tampoco sabe
que espero cada día que me diga "ámame".
Este fuego abrasado me mata y me da vida,
me convierte en esclavo de un deber insufrible,
pues no sé si ella es reo de quien la desposó
y la convierte en midons de mi amor penumbroso.
Qué extraña pleitesía me domina y tortura;
sobre todo, como ahora, que no puedo evitar
sentir, pensar, sufrir, gozar dolientemente
que acaso a ella también le ocurrirá lo mismo
y nos une y separa igual aherrojamiento.
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