Soneto para un poeto
Altas odas y plúmbeas cimitarras...
No géiseres de insomne verborrea
escribas complaciente y complacido:
babeles son de plumas sin sentido,
estupros de la orgía farisea.
No promiscues la frágil panacea
que es la escritura -para el hombre herido-
con estrategias que son solo un ruido
provocador de infausta cefalea.
No es radiante inventar cualquier lenguaje
sin carripochear con glosolalias
la mandoblez del tuétano sombrío.
No meliflues el probo vasallaje
del lector enmismado en ecolalias,
¡oh tú, necio juglar misantropío!
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