REDENCIÓN
COMO si pretendiese
salvarme de mi muerte con la suya,
se arrojó a los abismos
dejándome entre el luto y el espanto.
Ahora vienes tú, cierva
surgida de los bosques del amor,
y sorbes mi dolor y lo sepultas
en las profundidades de tu alma.
Has cogido en la noche
mi corazón, lo has apretado
con tus labios de sangre
y has visto en él las diosas más antiguas
de todos los poetas
llamándome, esperándome.
Yo soy
aquel que persiguió la plenitud
en los cuerpos oscuros y en los versos
tallados con dolor.
Pero tú eres la tierra, y en tu carne
en los cuerpos oscuros y en los versos
tallados con dolor.
Pero tú eres la tierra, y en tu carne
están todas las diosas
y todas las mujeres,
incluso aquella que me dio la muerte
que tú has resuelto en vida.
y todas las mujeres,
incluso aquella que me dio la muerte
que tú has resuelto en vida.
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