Barber: Adagio
Y yo me iré y se quedarán sin mí
los recuerdos que, como tristes pájaros,
alumbrarán la tarde gorjeando
mi nombre.
Sin mí se quedará también la lluvia,
el mar y los caminos con sus verdes
árboles sosteniendo
la noche horizontal, vertiginosa
en el erizamiento de los cuerpos.
No volveré a mirar el horizonte
tras el que se sembraban los futuros.
No volveré a morder tus besos
ni a lascivar tu carne.
Porque tú
también te quedarás sin mí
y me buscarás
en los labios del alba y el abrazo nocturno.
Hasta que un día azul la luz detenga
el mínimo diluvio de tus ojos.
Hasta que un día dejes de buscarme.
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