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martes, 4 de noviembre de 2014

El abrazo otoñal

Madrigal en la noche

- ¿Siente tu corazón igual que antes?
- Con igual intensidad, y más comprensivamente.
- Pero el cuerpo es enteramente un músculo, y como tal se cansa cada día más, se debilita, se atrofia.
- Y el espíritu se va desorientando, aunque no tanto como para no dolerse de las humillaciones de la edad.
- Ahora vivimos más años. Y tanto tú como yo mantenemos una salud envidiable.
- No sé cuándo moriré, pero sé, con bastante certeza, dónde.
- ¿Dónde?
- Paso unas 22 horas en mi domicilio, cada día, por propia voluntad, porque no me gusta el ruido del mundo. ¿Qué porcentaje tengo de que la muerte me sorprenda en otro lugar? Cualquier día alguien se extrañará de no verme y tal vez me encuentren muerto en alguna habitación, junto a algún libro. 
- Yo también elegí la soledad, o la soledad me eligió a mí, ya no recuerdo.
- ¿Volverías a la juventud, querrías tener 20 años menos?
- No. 
- Esa fantasía no debería cumplirse nunca. Si de pronto tuviese 20 años menos sería un extranjero de otros mundos para cuantos me rodeasen, y ellos para mí: a menos que todos hubiesen rejuvenecido igualmente.
- Mi corazón sigue sintiendo con el mismo vigor, como el tuyo.
- ¿Hablas de amor, de sexo, de cariño...?
- Hablo de todo lo que significa vida y muchos vivientes se empeñan en impedir vivir.
- Ninguna sociedad será nunca tan sabia y armoniosa como la naturaleza, y esta ha dispuesto una serie de impulsos que ninguna castración física o síquica podrá amputar, si no es desequilibrando el cuerpo y el espíritu. No es extraño, por lo tanto, que la parte de ti que se rige por la moral se sienta mal con la que se rige por la natural. Pero eso no es culpa tuya, sino de las ideologías intolerantes que poco conocen del ser humano y creen saber mucho del ser divino.
- Creo que mi amada soledad sería respetada por la tuya, y viceversa, si se acompañaran en su camino.
- ¿Y por qué no hacemos juntos el resto de la travesía mientras la vida fluye hacia la muerte?

El abrazo indomable

Monólogo del cisne (El abrazo imposible)

El abrazo entre plumas

El abrazo en el cuadro

El abrazo inasible

El abrazo iniciático

El abrazo sin plétora.

El abrazo dulcífago

El abrazo inedénico

El abrazo a la muerte.

Como si fuera mi Autobiografía (El abrazo final)

El abrazo interrupto

El abrazo cautivo

El abrazo inmortal

El abrazo caníbal

El abrazo coital

El abrazo placebo

El abrazo sin rostro

El abrazo perdido (Carpe diem).

El abrazo truncado

El abrazo suicida

El abrazo invasor

El abrazo de plástico

El abrazo no dado.

El abrazo dichoso

El abrazo a la vida

El abrazo sin cuerpo

El abrazo ataráxico


El abrazo amoroso