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jueves, 13 de noviembre de 2014

El abrazo del padre

Rachmaninov: Rapsodia


Hijo mío: contigo yo tenía una razón para seguir viviendo. Orientarte en el mar de la existencia, evitarte el dolor, darte la dicha eran mi pretensión, justificaban mi vivir. Eras tú mi misión en el mundo. Tu sonrisa levantaba la luz cada mañana.

¿Acaso con mi abrazo encadené tu libertad ¿Tal vez mi amor equivocó su rumbo? ¿Es que no supo hablar mi corazón y dijo palabras que creí bien pronunciadas? No me olvides: aprende de mi error. ¿Puede el amor sembrar distancia y odio? 

Ya no siento tu cuerpo, y no escucho tu voz, ni el gorgoteo de tu sangre alumbra la mía. ¿Qué separa la vida de la muerte sino que la hombredad de un ser pasa a otro ser y, por lo tanto, no muere nunca el hombre, pues sus hijos son su resurrección?

No hay soledad más grande que la pérdida. Y estás lejos, acaso para siempre. 

Pero mira en el alba: aquí te espero y aguardo tu perdón. ¡También yo perdoné a mi padre, al fin!
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El abrazo indomable

Monólogo del cisne (El abrazo imposible)

El abrazo entre plumas

El abrazo en el cuadro

El abrazo inasible

El abrazo iniciático

El abrazo sin plétora.

El abrazo dulcífago

El abrazo inedénico

El abrazo a la muerte.

Como si fuera mi Autobiografía (El abrazo final)

El abrazo interrupto

El abrazo cautivo

El abrazo inmortal

El abrazo caníbal

El abrazo coital

El abrazo placebo

El abrazo sin rostro

El abrazo perdido (Carpe diem).

El abrazo truncado

El abrazo suicida

El abrazo invasor

El abrazo de plástico

El abrazo no dado.

El abrazo dichoso

El abrazo a la vida

El abrazo sin cuerpo

El abrazo ataráxico


El abrazo amoroso