John Field: Nocturno nº 10
DE
PURA SOMBRA LLENO
Gáname por el
gusto, dama de lejanía.
Úngeme con tu
óleo, lávame con tu soplo.
Hazte toda de
barro para unirte a mi escápula.
Baña en
bálsamo el pliegue donde nadie me toca
y baja a
devorarlo con tu hedionda fisura.
La carne no se
basta, quiere luz, la más tinta,
el más
enamorado de los encubrimientos.
Deja tu aplomo
en mí, tu material abrazo
para que yo,
en mi anillo, me ahogue sin protesta.
Es mi cuerpo
planicie, contorno que desea
esa facilidad
con que desciende tu hora
cuando es
madura y alta y está a punto de ser;
es mi cuerpo
lugar, por ello no me envisca
tu eclipse
mejorado en negrura y quietud.
¿Hasta dónde,
en qué plazo arribarías
franca y
ardiente a mí, y me darías paso?
¿Cuánto
estremecimiento, cuánto pánico
habría de preceder
a tu opaco claror,
a tu mudo
avenirte con mi conformidad?
Mientras me
quede pulso no seré más que ascenso
a ti, sufrida
aspiración sin eco.
No seré más
que escombro, pormenor,
ascua, medida,
brega, trazo en bruto, escasez.
Gáname por el
gusto, tráeme tu victoria.
Dime Nadie, y
alberga mi cabeza en tu seno.
Mis ojos están
vueltos a lo que se separa.
Ocúpame la
sombra, pues ya te di mi luz.