Schumann: S. 2, Adagio
La brasa incandescente 
                    ("... me ties piyá ...")
Los dos cuerpos desnudos en el lecho
brillando como un astro enfurecido; 
el corazón como un corcel herido 
trotando desde un pecho al otro pecho.
El amor recorriendo cada trecho
de distancia carnal; cada latido
igual a un fruto ardiente florecido.
Saciada el alma, el cuerpo satisfecho.
Toda lucha sexual que emprenden dos
desde el anhelo de sus corazones
es un viaje a la espiritualidad. 
Y sin embargo no aparece un dios
en ese paraíso de pasiones
que anhelan conquistar la inmensidad.
 
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