Mandolina y Mandolino se amaban -o algo así-. Uno de ellos -o el otro- se enamoró nuevamente -y no de uno de ellos-. Este es el telegrama que se cruzaron: deseándose -ma non tropo- un feliz nuevo romance:
Schumann: C. violonchelo
Canción del desamor
(para Dulcinea del TE BESO y el pator Quijotiz)
(para Dulcinea del TE BESO y el pator Quijotiz)
Hoy he visto en tus ojos que no me amas
como ayer: que tal vez amas a otro.
Procura ser feliz. Ámalo mucho.Esfuérzate para que no descubra
tus traiciones y descoyuntamientos
de la verdad. Tal vez sea dichoso
antes de descubrir tus tartufismos.
Yo estoy triste. Mas tú
sé feliz como yo lo fui contigo.
El amor es así: nos sube al cielo
y de pronto nos deja en el infierno.
Mientras tanto es el mar el que retumba
y gorgotea sobre el corazón.
Siento la desventura de perderte,
aunque mucho apacigua mi tristeza
saber que nuestro amor perdura en ti
y algo queda en tus labios de mis labios
que buscas en su boca.
Pues mueren los amantes, no el amor.
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