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viernes, 11 de octubre de 2019

¡Ay de aquel que no aprende a vivir!


Liszt: De la cuna a la tumba

La infancia es el país en el que no recordamos haber vivido, y del que nuestros mayores, y la nostalgia de lo que pudo ser, nos dicen que fue maravilloso.
     Durante la juventud vamos acumulando experiencias que se convierten en aprendizajes. 
     Luego vivimos unos años practicando esa autoeducación. 
     La madurez consiste en aprender a desprendernos de muchas de esas cosas y a ignorar otras que no conseguimos en su momento. 
     La vejez debe de ser la alegría o la tristeza derivadas de haber sabido, o no, practicar sabiamente ese apropiamiento y desprendimiento. 

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