Margarita se deshojaba a sí misma porque era una linda flor. Por los campos de Zamora buscaba rosas, arroyos y besos de dulce amor.
- ¿A dónde vas, Margarita, si hay tanto lobo feroz?
- Voy en busca de un buen lobo: a sosegar su hambre atroz. Me he puesto el vestido rojo y los labios de color. Lo amansaré, lo amaré y entraré en su corazón.
Margarita no creía más que en la lluvia y el sol. Se deshojaba a sí misma, como si fuera una flor. Por los campos de Zamora, entre arroyos y entre rosas, un lobo la enamoró y -cuentan- se la comió. No fue heroína de Homero, ni de un dulce trovador. Quiso soñar y soñó.
(Leyenda zamorana)
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