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sábado, 16 de febrero de 2019

VI. Trovadorius

Los versos de Trovadorius (I)

Los versos de Trovadorius (V)



Tras su naufragio en Akra Leuka, transcurrieron años de nomadismo y confusión. Dícese que fue entonces cuando apareció en su vida el nombre repetido por los ecos: Oniria, el talismán.
El manuscrito se interrumpe para volver a continuar en una segunda serie menos hímnica.

Borodin: Nocturno (cuarteto 2).


XXIV.- Jongleur
Si mi pluma, juglar de la belleza
del mundo, consiguiera descubrir
la palabra que, como un talismán,
contiene el universo y sus enigmas,
florecería el mar, y los desiertos
se transfigurarían en océanos
de luz: el firmamento fulgiría
igual que nuestro amor fulge en la noche.
Pero mi pluma es frágil: solo sabe
decirte silenciosa:
Déjame que te diga que te amo
a todas horas y en cualquier lugar:
tal vez así halle la palabra exacta
que exprese lo que siente
mi corazón turbado.

Dos.- Fugacidad

XXV.- La tormenta
El cielo de coral azul y plomo
parece una caverna en esta tarde
en que la nubes trazan
sus pinturas rupestres
en la pared del viento desatado.
Han huido los pájaros, las olas
se estrellan en la piedra.
La rama de aquel árbol
ha caído, tronchada, y el estrépito
pone en fuga a la ardilla.
La lluvia se disuelve en su cascada
de río vertical y cristalino.
¡Qué esfinge misteriosa el universo!
Yo te miro en silencio y todo me recuerda
la furia y vendaval con que te amo.

XXVI.- Una meditación
Mirando el horizonte, los vencejos
y las flores silvestres
siento que la existencia es tan sencilla
como las olas de la playa: dejan
su mensaje de vidrio constelado
y no tratan de comprender el mar.
Repiten su vaivén, lo desmemorian:
su momento es ahora y su lugar es siempre.
Tal vez sepan de barcos y naufragios,
de las orillas de otros continentes:
pero nada interrumpe su sosiego
porque saben ser agua sin preguntas,
ambiciones ni sueños.
Nacemos y morimos, y entretanto
se nos pasa la vida tratando de entenderla
en lugar de vivirla.
Somos peces conscientes
de que tal vez un cielo nos espera
y olvidamos que el mar es ese cielo.



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