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domingo, 29 de julio de 2018

Uno más uno siempre suman uno

Saint-Saens: Sanson y Dalila (Mon coeur ...)

Dos que se funden en uno se ofrecen lo mejor, eliminando lo que la cotidianidad interfiere como un peso muerto. Pero pronto aparece cada identidad individual tratando de imponerse. ¿Qué yo cederá ante el otro yo? ¿Quién doblegará tan dulcemente al otro para que no le importe la dulce dejación de una égida sutil?
    Enseguida surge una conclusión: ¿solo viviendo separados pueden seguir amándose plenamente dos que, porque se aman, quieren compartir sus vidas como si ambos fueran uno y vivieran una sola vida? Porque dos siempre serán uno más uno, y cada uno siempre mantendrá un compartimento intransferible e incompartible, pues todo intento de transferencia es una intrusión en la individualidad. O bien: ¿Llegará cada uno a estar lo suficientemente seguro de sí mismo para admitir que equivocarse es también aprender a acertar? En fin: ¿uno más uno nunca serán uno o conseguirán serlo? 
     Solo cuando la suma de muchas temporalidades ha limado las diferencias, y el acoplamiento ha conquistado su ajuste, pueden uno más uno sumar uno sin que el dos sea un fardo incompartible. Pero ¿queda esto solo para las excepciones?


2 comentarios:

  1. Genial interpretación de la cantante.
    Espero que existan las excepcionalidades en cuanto a la posibilidad de que desaparezca el ego de cada individuo para que la suma de los dos sea igual a uno.

    Un placer leer su blog.

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