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viernes, 20 de julio de 2018

Hombres, glebas, esclavos

Part: Canticus


Que la sociedad ha cambiado lo demuestra el hecho de que el número de pobres se ha duplicado en el mundo durante las tres últimas décadas. 800 millones de personas pasan hambre, mientras 225 individuos suman con sus propiedades el 50% de la riqueza mundial. ¿Qué hacer ante esta y otras fechorías? 
     Hoy la meta del poder es la misma de siempre: la conquista del poder. La política defensora del triunfo de las mayorías no ha podido evitar caer en la trampa del liderazgo de una minoría poderosa que se considera autosuficiente para determinar qué es lo suficiente para la mayoría. El dictador omnipotente ha sido derrocado y sustituido por una sociedad técnicamente poderosa y frágil de espíritu. Porque la democracia solo es -o todavía es- un intento de colectividad igualitaria, ya que la libertad también es, aún, un espejismo, un concepto que se manipula y que hace del votante un eco y no una voz. Incluso los socialismos se han capitalizado y son otro capitalismo en el que se poseen conciencias supuestamente liberadas, como antes se poseían hombres, glebas, esclavos. 
     La sociedad sigue siendo un feudo en el que algunos dan lo mejor de sí a los otros porque creen que los otros no saben lo que quieren -y porque los utilizan en beneficio propio-.

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