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lunes, 4 de junio de 2018

Falsas conclusiones.


Eisenstein: Potenkin

A la luz de la aventura humana (Plauto: homo homini lupus), cuya contumacia confirman los últimos días, no sé si debería revisarse aquello de Aristóteles de que el hombre es un animal político, considerando sus propias leyes del silogismo, hasta llegar a este: 
a) el hombre es un animal político; b) todos los políticos son hombres; c) luego todos los políticos son animales. 
O bien, este otro más liberal: 
a) el hombre es un animal político; b) todos los animales políticos son hombres; c) luego el caos social lo provocan los hombres, sean estos animales  o políticos.
Hay otras variantes, igualmente confusas y espurias. 
Todas acaban de mala manera: 
El hombre es un animal racional empeñado en ser solo animal.

De lo que no tengo duda es de que el primer deber de cada uno -ciudadanos, políticos- es el de cumplir los propios deberes, única premisa que garantiza los derechos ajenos y propios; y que no hay ninguna connotación dictatorial ni libérrima en las palabras responsabilidad, ley y sanción.


Guerra incivil (Durero)

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