Qué triste es ser consciente de estar vivo en medio de la vida y comprender que la única nobleza que nos queda es esperar la muerte noblemente. Saberse inútil para la existencia propia y ajena. Y a pesar de todo, dar la vida y la muerte a un desengaño y esforzarse en buscar una luz entre las sombras como ofrenda a sí mismo y a los otros: enriquecer la Historia -también el día a día- con nuestro fuego muerto convertido en pavesa, ascua y hoguera.
La vida es un suicidio interminable. Dichoso aquel que hace vivir un día más a quienes ama.
La vida es un suicidio interminable. Dichoso aquel que hace vivir un día más a quienes ama.