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martes, 9 de agosto de 2016

La sola soledad

Los versos de Trovadorius (IV)

Los versos de Trovadorius (VII)

Los versos de Trovadorius (VIII)

Los versos de Trovadorius (Final)

Los versos de Trovadorius (Posdatas)


El lector recordará que algunos buscadores de ruinas investigaban sobre las rimas perdidas de Trovadorius: las que van desde la XXVII a la XXIX. Pues bien: aunque sujetas todavía al carbono 14 para no equivocar su identidad, aquí aparece una de ellas, la XXVIII, con claras muestras de haber sido manipulada por algún copista, pues se ha perdido la frescura y espontaneidad distintivas de las que conocemos:

I

II

En la frondosidad del bosque oceánido,
cubiertos de verdumbre y mar salitre,
he entrado hasta las frondas de tu cuerpo.
Sonaba el mar como una caracola 
y tú eras su sonido esplendoroso.
Tu canto desgranaba el firmamento;
su reverberación resplandecía
dentro de mí: igual que si una estrella
estallase en mi pecho. Un beso errante
cuajado de rocío palpitaba
con un clamor de vastedad, dejando
su polen amoroso en las criaturas.
De tanto recorrerte,
tu cuerpo es ya mi único paisaje.
Tú eres el origen de las cosas,
pues tú me transfiguras.
Eres el talismán de mi universo.
Si desaparecieses yo sería
la sola soledad íntima y cósmica.