R. Strauss: Don Juan
No es Zorrilla un gran escritor, a pesar de su popularidad; pero sí es quien dio el último plumazo a la figura de don Juan, teatralizada por Tirso de Molina y universalizada por Moliére y Mozart.
Entrar en la casa de Zorrilla es confirmar que las cosas imprescindibles nacen de hallarle la trascendencia a lo efímero: todo es tan común, y lo fue para los habitantes de otro tiempo, como nuestro presente lo es para nosotros. Sin embargo, un factor invisible actúa como una levadura íntima o social y engrandece lo mínimo: tal vez porque "solo por ser pasado se convierten en nostalgia las cosas".
¿Qué piensa un hombre cuando se ve vivir y morir en la miseria mientras algunos se enriquecen con su obra?
En la misma ciudad, Cervantes y Colón, olvidados también por aquellos a los que habían dado gloria. En todas las ciudades de cualquier tiempo, seres esforzados, suplantados por los parásitos de turno.
En esta película de 1922 se muestra cómo don Juan posee tal potencia erótica que incluso puede violar por la oreja con tan rauda y desaforada prosodia.
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