Desnudo en la pintura
Doña Malvada tenía
dos gólgotas en el pecho:
uno izquierdo, otro derecho.
¡Hay que ver cuánto sufría
cuando, entrándose en su lecho,
Malvadín se los mordía!
El izquierdo dijo un día
a su gólgota derecho:
Cuando Malvadín intente
mordernos, tú, de repente,
apriétate contra mí;
lo cogeremos así
entre los dos prisionero;
lo aplastaremos primero
hasta que se ponga al trote,
y cuando esté calentote
como un furioso quijote,
lo seguiremos frotando
hasta que vomite entero
su blancurrón galipote.
Y los gólgotas, mostrando
la malvadez de Malvada,
tan requetebién frotaron
que a Malvadín explotaron
e incluso le desangraron
su nata desennatada
su nata desennatada
sin dejar nada de nada.
Pero cuenta la leyenda
de Malvada y Malvadín
que a Malvadín le gustó
la aventura golgotada,
y una y otra vez volvió
a entrar en la blanda senda
de los gólgotas: que, en fin,
Malvadín es masoquista
y Malvada es una artista
y muy antropofagista.
y muy antropofagista.
Diego Alonso García
(Del libro inédito Para leer en las salas de espera)