¿Y sobre los últimos poetas?
- Naturalmente, yo no he leído cuanto se publica; al contrario, tras el ojeamiento emigro hacia otras tierras. Los últimos cincuenta años culturales han sido un vendaval que se ha llevado muchas buenas cosas y ha traído otras bastantemente peores.
¿Sobre poesía última? Ejemplos, ejemplares para huir sin ser cobarde: "Me gustas cuando dices tonterías", empieza un poema amoroso de L. A. de Cuenca, que pocos no han leído. "Vivir sin hacer nada. Cuidar lo que no importa", dice (con un alejandrino geminante por sietemesino) otro poemastro -que podría calificarse de "social": retrato del estado de bienestar- de L. A. de Villena. Dos triunfadores entre el publicorcillo lectorero.
He ahí dos palabra definitorias con las que se identifica el mundial mundo culto en efimeridades: "tonterías"y "lo que no importa". Pura y sublime metafísica, como se ve, del más alto Quevedo y el Lope más egregio.
He ahí dos palabra definitorias con las que se identifica el mundial mundo culto en efimeridades: "tonterías"y "lo que no importa". Pura y sublime metafísica, como se ve, del más alto Quevedo y el Lope más egregio.
De esotros y otros otros como ellos (por ejemplo, el energúmeno de la estética "mierdista" L. M. Panero), que han puesto de moda la bisutería, y aun la basura, crece el tsunami de la disentería palabrérica y jovencil. Asómome a los grandes almacenes donde se expende la lectura: y donde había autores clásicos hay ahora autorzuelos veinteañeros que dicen no leer para no influenciarse y ser originales. ¡Ya quisieran ser, al menos, intrusos plagiadores! Y escriben su cotidianidad: chumberas para la sensibilidad y el intelecto. ¿Qué puede esperarse de un país en el que la educación es un sobresaliente en incultura? También es problablemente posible y aun posiblemente probable que yo carezca de sensibilidad para aceptar la impostura.
Leí un libro de un conocido mío y buen conocedor de la poesía ultimísima; le dije: buen ensayo, muy documentado, bien ordenado... ¿pero seguro que los plumíferos que recoges son poetas o estangurrios de la pluma?
Así que calo el chapeo, voyme y ya me callo, que diría Cervantes.