El mundo es una gran decepción llena de pequeños mundos que decepcionan una y otra vez. Sin embargo, hay algunos seres que persisten en su búsqueda y reordenación del caos, tratando de moldearle a la utopía una forma, una efigie: es el artista.
Insatisfecho e incansable, intenta, fracaso tras fracaso y hallazgo tras hallazgo, llegar al otro lado de sí mismo: allí donde los sueños construyen otra realidad que no sea la del contentadizo que no se hace preguntas.