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lunes, 2 de junio de 2014

El abrazo estruendoso

Haendell: Crudel tiranno amor

- "Prohibido enamorarse"- se habían dicho mutuamente para sentir el amor sin encadenamientos, cuando sus cuerpos y sus mentes coincidiesen y solo pudieran darse un recíproco bienestar físico y síquico.

Así, cuando se encontraban, se abrazaban impulsados por esa energía ancestral y carnal que arrastra los espíritus como si dos vendavales se abrazasen.

- "Prohibido enamorarse..."

Y seguían fundiéndose, coléricos volcanes que manaban ya no tan solo un magma de vértigo y de fuego.

Se sucedían los meses y el latido estruendoso continuaba escuchándose, bombeando su sangre, apretando los cuerpos y las almas.

Así llegó un momento en el que la escalera sobraba, las ropas eran duendes que, de pronto, no estaban, las camas se rompían. Les ataba algo más que un sexo desatado. 

Y empezaron a preguntarse qué podían hacer si descubrían que su historia se estaba convirtiendo en la de un enamoramiento prohibido por la lógica. Qué podían hacer con su imprevisto amor en un mundo en el que amar era ya un sentimiento desterrado, igual que un corazón que siguiese latiendo, clandestino y absurdo, entre piedras y máquinas, prehistórico y fósil.

El abrazo indomable

Monólogo del cisne (El abrazo imposible)

El abrazo entre plumas

El abrazo en el cuadro

El abrazo inasible

El abrazo iniciático

El abrazo sin plétora.

El abrazo dulcífago

El abrazo inedénico

El abrazo a la muerte.

Como si fuera mi Autobiografía (El abrazo final)

El abrazo interrupto

El abrazo cautivo

El abrazo inmortal

El abrazo caníbal

El abrazo coital

El abrazo placebo

El abrazo sin rostro

El abrazo perdido (Carpe diem).

El abrazo truncado

El abrazo suicida

El abrazo invasor

El abrazo de plástico

El abrazo no dado.

El abrazo dichoso

El abrazo a la vida

El abrazo sin cuerpo

El abrazo ataráxico


El abrazo amoroso