Final de la justa poética entre las nueve musas y las nueve hijas de Piero
(Ovidio, Las metamorfosis (Libro V, vv. 662-678)
»Cuando Calíope, la más experta
de nosotras, las musas, acabó
el canto de su historia en el concurso,
todas las jueces a un tiempo dijeron
que habíamos vencido en el certamen
las que vivimos en el Helicón.
Entonces las vencidas nos zahirieron
Y les dijo Calíope: “Os ganáis
un castigo por vuestro desafío
y encima ahora nos escarnecéis.
Como nuestra paciencia no es eterna,
vamos a castigaros hasta donde
nos lleve nuestro enfado”. Las hermanas
entonces se rieron, despreciando
nuestro ultimátum, pero al continuar
hablando e intentando acometernos,
vieron cómo sus manos se cubrían
de plumas y en sus dedos se alargaban
las uñas y eran alas ya sus brazos;
cada una de ellas vio cómo a las otras
se les iban sus bocas convirtiendo
en unos duros picos y, hechas ya
una inédita especie de aves nuevas,
volaron hasta el bosque. Al intentar
lamentarse golpeándose sus pechos
con los brazos, que ahora ya eran alas,
levantaron el vuelo como urracas
que insultan en los bosques con graznidos.
Todavía hoy mantienen estas aves
su antigua verborrea, el cotorreo
tan ronco de sus voces y un innato
y afanoso deseo de charlar.»
Traducción (XIII): Rimbaud / Mª Antonia Lozano Ñeco
Nuria P. Serrano: Le ParthénonTraducción (XI): L` infinito. Leopardi / versión propia
No hay comentarios:
Publicar un comentario