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miércoles, 10 de enero de 2024

Vivaldi

 


Vivaldi



Toda la Historia del Arte puede resumirse con el título de una serie de conciertos de Vivaldi, cuyos cuatro primeros conocemos como "Las cuatro estaciones": Il cimento dell` armonia e dell` invenzione (La lucha entre la armonía y la invención), o, lo que es equivalente: el enfrentamiento entre tradición y vanguardia. Esa lucha y la búsqueda de un nuevo equilibrio -la inserción de la vanguardia en la tradición- es la constante en música, pintura, literatura... y el pensamiento mismo. 


Pocos homenajes y descripciones de la Primavera como la que dedica Vivaldi en el primero de esos conciertos, inspirado, como los otros, en uno de los cuatro sonetos que -se dice- él mismo escribió (lo cual demuestra que hizo bien en dedicarse a la música y no a la poesía). Helos aquímente:

La primavera

Llegó la primavera, y los rientes pájaros la saludan con su canto.

Bajo el soplo del céfiro, las fuentes con dulce son discurren entretanto.

Cubren el aire con su negro manto, nuncios electos, trueno y rayo ardientes.

Callados éstos, las aves silentes tornan de nuevo a su canoro encanto.

Y así, sobre el florido ameno prado, al caro murmurar de la arboleda duerme el cabrero con su can al lado.

Pastor y ninfas, en la choza amada, danzan al son de la zampoña leda en esta Primavera iluminada.

El verano

Bajo dura estación que el sol enciende -mustios hombre y rebaño-, arde el pino.

Suelta el cuco la voz; cuando la entienden, la torcaz canta y da el jilguero un trino Céfiro dulce sopla, mas la emprende Bóreas, sin tardar, con su vecino. Llora el zagal, pues temeroso atiende una fiera borrasca y su destino.

Roba a sus miembros laxos el reposo del relámpago el miedo, y truenos fieros y de las moscas el tropel furioso. ¡Ah, que son sus temores verdaderos! Truena y fulmina el cielo y, granizoso, desmocha los trigales altaneros.

El otoño

EI rústico, con bailes y con cantos, celebra la vendimia y su alborozo del licor de Baco encendidos tantos terminan en el ensueño su gozo.

Se entregan a los bailes y los cantos, al aire que, templado, da alborozo, a la estación, que está invitando a tantos de un dulcísimo sueño al bello gozo.

Cazadores al alba van saliendo con cuernos, escopetas y jaurías.

Huye la fiera, mas la van siguiendo; pasmada y laxa por la algarabía de escopetas y perros, va muriendo herida, y amenaza todavía.

El invierno

Entre la nieve, tiritar helado al severo soplo de hórrido viento, correr, siempre los pies en movimiento castañear cuando el hielo es extremado.

Los días quietos, ir del fuego al lado mientras fuera la lluvia moja a ciento; caminar sobre el hielo a paso lento; por temor de caer, ser avisado.

Ir firme, resbalar, caerse al suelo, levantarse, corriendo presuroso sin que se rompa y resquebraje el hielo. Sentir que del cerrado calabozo Bóreas, Siroco y todos alzan vuelo. Esto es Invierno, pero traiga gozo.


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