Para saber si es un mal poema:
Pregúntate si te está descubriendo algo del mundo, o de ti mismo, o de tu mundo.
Ejemplo consuetudinario -de cuyo autor no quiero acordarme- de poesía ultimísima:
Periplo amorítimo
En la barra del bar
he aparcado la pluma.
Prefiero estar contigo
debajo de la mesa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario