Quien escuche el siguiente fragmento del ensayo de la Consagración de la primavera, de Strawinski, llegará a una conclusión sobre su propia escritura:
1) "Esto que acabo de escribir, inspirado por las musas, es intocable, incorregible, porque las musas son divinas y quién podría mejorar a un dios..."...
2) Pero no: Suponiendo que merezca la pena lo que ha dictado mi pluma, más lo valdrá si lo retoco mañana, y pasado, y el mes que viene... porque también los dioses de este mundo pueden perfeccionarse, hasta que, por muy divina que sea mi inspiración, no sepa cómo mejorarlo o se me acabe la existencia...".
Ensayo:
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