Durero: Expulsión del paraíso
Prokofiev: Ángel de fuego
Tal vez lo peor que va a quedarnos cuando se vaya el virusaurio es la sensación de desamparo, la indefensión del ser humano en medio de un mundo que creía dominado, apropiado, robado a las fuerzas de la Naturaleza. El temor a que regrese cualquier virus -sicológico, físiológico, hitleriano, bacteriano-. El ente humano ha creído ser dueño del presente y acaba de ver que el futuro probable puede ser un presente seguro. La desconfianza en el otro, los otros, lo inesperado, acaba de instalarse como una inmensa espada de Damocles.
Es el momento de armarse de voluntad hímnica.
Es el momento de armarse de voluntad hímnica.
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