Corelli: Adagio
¿Para qué toda una vida dedicada a escribir, si, al final, lo que queda es un conjunto de breves frases, versos, pinturas, melodías, solo aquello que formula y condensa una verdad humana, un fragmento de identidad del hombre? ¿Para qué estructurar novelas, obras dramáticas, cuadros, sinfonías, grandes poemas sino porque el homo sapiens incluye al homo ludens -pero este es efímero por sincrónico-?
¿Habrá que escribir solamente diccionarios de frases imprescindibles, libros de citas, laconismos? Tal vez, en todo caso, obras cuya extensión no menoscabe el tiempo dedicado a ellas por el autor y el lector.
Pero entonces el hombre lúdico huirá aún más del hombre sabio. Y solo habrá silencio.
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