Field: Adagio concierto piano
Hay personas que facilitan la vida, y otras que la complican.
Las primeras son generosas y poseen un carácter conciliador y afable que les permite tratar cualquier tema sin convertirlo en discordia. Embellecen el mundo y perfuman las relaciones. Son una hermosa solidaridad.
Las primeras son generosas y poseen un carácter conciliador y afable que les permite tratar cualquier tema sin convertirlo en discordia. Embellecen el mundo y perfuman las relaciones. Son una hermosa solidaridad.
Las segundas son egoístas, y tan inseguras que pretender imponer su inseguridad creyendo reafirmar una suficiencia de la que carecen. No admiten más criterio que el suyo: no aceptan que cada uno somos un mundo distinto, pero no caprichoso ni dictatorial. Desconocen que una conversación es una comunicación afectuosa y no un pugilato cuya finalidad es ganar aun sin razones. Incluso si se enamoran quieren transformar a quien aman en una posesión en vez de considerarlo un ser con el que compartir la belleza de dos corazones encendidos mutuamente. Pretenden convertirlo en un súbdito, no en una compañía. En ese instante empieza el condominio del combate. Son dictadores, no amigos, ni amantes; son los peores verdugos.
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