Me informa Google, o la maquinaria internética que sea, que voy a cumplir 111 años.
Mañana estaré esperándolos, por decisión casi impropia, atrincherado en la caseta de la Feria del Libro instalada por el Instituto de Cultura Juan Gil-Albert. Al anochecer.
Allí, neutral y no beligerante, oculto tras "La construcción del poema", continuaré estudiando para aprobar las oposiciones a Matusalén. Y moriré en el empeño.
Tal vez alguien acuda a mis exequias.
Escribivir