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jueves, 26 de abril de 2012

Un poema de Tomás Sánchez Santiago (Antología, LXVI)



Saint-Saënts: Leda y el cisne



LO MUSITADO



Eso que deja abiertas las puertas

al sollozo

                       (su voz sin hueso

y su tejido roto y escurrido)

y todavía hace posible

mover entre los dientes

la extraña compasión de los significados.



Eso que empieza a arder

aun antes de encenderlo y pide paso justo

cuando ha encontrado perdición,

y atraviesa pasillos oscuros

lavándose las sílabas en saliva cansada.



Eso, lo dulce escatimado,

lo que llega sólo a morder la luz

de lo intermedio,



lo musitado, sí, de donde sale nada más

el humo hilado de unas pisadas en la nieve.



Hasta ahí, hasta ahí llega

la rozadura pequeña del poema.



Un ruido de uñas rotas

y nada más.



Tócame con los nombres sumergidos.



  © TOMÁS SÁNCHEZ SANTIAGO

(Del libro inédito Pérdida del ahí)